Jactándome de una felicidad imaginaria, de una plenitud ficticia y de una indiferencia hacia ti que lentamente carcome todo lo vivo que aún queda en mí. Inexplicablemente me encuentro una vez más haciendo lo que claramente había jurado no volver a hacer, pero como lograrlo si jamás sales de mi, estás en mi pensar, en mi sentir y grabada en mi pecho desde el amanecer hasta la puesta de sol. Y comienzo a extrañar el ayer, más de lo que imaginas, ese ayer en el que estabas tan lejos pero yo te sentía tan cerca; porque en efecto, ya nada es cómo ayer, y eso es lo que no quiero aceptar; tus palabras ya no están y la verdad es que me hacen falta, pero que estúpido es aquel que quiere vivir el mañana sin haber concluido el hoy, el que pretende amar sin saber que pasara al día siguiente, el que esta dejando su aliento y palpitar en cada una de estas palabras.

...& ahora pensándolo mejor, no tengo nada bueno que escribir; quizá sólo sea el hecho de que hoy más que nunca deseo con toda el alma volver a escuchar esa suave voz. Tal vez hoy sea un buen día para comenzar de nuevo o no, quién sabe.



--Malditos días de NO inspiración--